El día 15 de enero de 2021 se cumplen 55 años de la suspensión del servicio de los tranvías de Linares y La Loma.
Tranvía de Linares
Historia
La historia del tranvía de Linares arranca del final del siglo XIX, concretamente en 1899, y tiene en la persona de don Antonio Conejero Sánchez, conocido industrial de la ciudad (constructor, entre otras cosas, de la famosa chimenea de la fundición La Cruz, la obra más alta de la provincia por aquellos tiempos) a su artífice.
En efecto, ese señor, motivado sin duda por el esplendor minero de Linares, intuyó la necesidad de facilitar el transporte de personas y mercancías desde la población hasta las minas para lo cual hizo un proyecto de tranvía eléctrico (energía nueva por aquel entonces) de Linares a la mina de San Roque por un lado (atravesando numerosas explotaciones) y por otro de Linares a la fundición de plomo «La Tortilla». Enfrascándose, a continuación, en los numerosos trámites que la concesión de un tranvía traía aparejada. Se establecen cuatro ramales de tranvía: tres a las estaciones de ferrocarril enclavadas en el casco urbano (Zarzuela, Almería y Madrid) y otro a la fundición de San José. Conejero vende la concesión del tranvía a la Compañía d´Electricitè et de Traction d´Espagne (de capital francés) en agosto de 1904.
Conejero jugó también un importante papel en la construcción del tranvía de La Loma. En los felices veinte el tranvía se extiende y ramifica aún más por nuestras cuencas mineras, existiendo el proyecto de alargarlo hasta Villacarrillo, Villanueva del Arzobispo y otros pueblos de la Loma, según los proyectos de Armando Plasman, director de la compañía, pero finalmente no se llevarían a cabo.
La crisis minera que atenazaba a Linares a finales de aquellos años también afectó a este medio de transporte. Quizá por ello la Cía. d´Electricitè se desembaraza de los tranvías y cede la concesión de los mismos a una empresa llamada Tranvías de Linares, S.A., nacida en 1932. El organismo de Explotación de Ferrocarriles del Estado se incautó en nombre del Estado de la explotación del tranvía, empezando a funcionar en su nombre a partir del 1 de septiembre de 1934.
La desaparición
En los años sesenta, con su gran crisis de la minería y consiguiente emigración, que diezmaba nuestra población, es cuando el querido y viejo tranvía pasará a mejor vida. En efecto, con el masivo cierre de explotaciones mineras y estaciones de ferrocarril (desaparecen casi todas, Andaluces, La Carolina, Almería) el tranvía se queda sin usuarios y sin la gran razón de ser que motivó su aparición, las minas. Los servicios de tranvías dejaron de prestar servicio el 15 de enero de 1966, junto con Tracción eléctrica La Loma. Paradójicamente, desaparecieron cuando acababan de hacerse inversiones millonarias en el trazado y material móvil.
Tranvía de La Loma
El tranvía de La Loma era un ferrocarril de vía estrecha que, desde agosto de 1907, hasta el 15 de enero de 1966, hizo el trayecto Baeza-La Yedra-Úbeda con una longitud total de 10 km uniendo las tres localidades, situadas en La Loma de Úbeda y que llegaba a la estación de Baeza-Empalme y a Linares. Inicialmente se planeó que llegase también a Villacarrillo.
Cabe señalar que el tranvía de la Loma fue el fruto de la frustración de los ciudadanos de Úbeda al quedarse fuera del trazado ferroviario Linares-Almería que la Compañía de los Caminos de Hierro del Sur de España construyó a final del siglo xix. La sociedad ubetense no se amedrantó y buscó otras vías para la implantación de un medio de transporte eléctrico que permitiera el enlace entre Úbeda y la estación de Baeza-Empalme, punto de unión con los ferrocarriles Madrid-Sevilla y Linares-Almería .
El ferrocarril de La Loma tenía la estación de Úbeda donde está actualmente el Parque de Vandelvira, y salía hacia el norte por lo que hoy es la calle Miguel Hernández. Debido a su antigüedad y falta de mantenimiento se le recordaba por su lentitud, sobre todo al subir las cuestas entre La Yedra y Baeza; hasta el punto que la gente bajaba y seguía al tranvía a pie durante este recorrido.
La compañía que explotó este ferrocarril hasta 1936 fue la Tracción Eléctrica La Loma (TELSA), que presidía el Conde de Romanones y que enlazaba la línea con los mismos tranvías urbanos de Linares, en lugar de con automotores como era la aspiración inicial. Siendo algunos de sus accionistas conocidos empresarios de las ciudades de La Loma como José Martos, Eustaquio Gámez Moreno, y Domingo Chinchilla Soto —propietario de la Baezana de Electricidad—. El parque de tranvías y remolques lo suministró "La Industria Eléctrica de Barcelona", la misma empresa que proporcionó los tranvías azules del Tibidabo y con los que se pueden ver semejanzas en la carrocería. El tranvía se alimentaba a 600 voltios de corriente continua.
Otro ramal de la misma línea férrea de vía estrecha se alargaba hasta Rus, Canena y terminaba en la estación de Baeza-Empalme.
En 1936 el servicio tranviario pasó a ser gestionado por el organismo de Explotación de Ferrocarriles por el Estado.
La extensión del uso del automóvil y un mal entendido uso del progreso hizo que se desmantelara esta vía en 1966, después de fuertes inversiones de modernización que ya no se aprovecharon, dejando de nuevo a esta zona de la provincia de Jaén, ya de por sí olvidada por el ferrocarril, prácticamente carente de infraestructuras ferroviarias.
Fuente: Wikipedia.
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