Los jiennenses son muy de ir a Granada, en ocasiones, por gusto, para echar el día y comprar algo en las tiendas de Recogidas o un megacentro comercial, celebrar una despedida de soltero o de soltera y otras, por necesidad, como para volar desde el aeropuerto de la capital de la Alhambra, que es también de Jaén, de Federico García Lorca y de Chauchina. A esa lista de desplazamientos, ya pueden sumar los habitantes del mar de olivos otro, el obligado para coger un AVE. Casi sale rentable, si se comparan las conexiones ferroviarias de la capital con las de la vecina ciudad de la Alhambra. Y es que si se suman la hora de coche que separa ambas y lo que invierte en alta velocidad de Granada a Madrid, se tardan en torno a cuatro horas y veinte minutos, en el peor de los escenarios, mientras que desde Jaén a la madrileña estación de Atocha, en un tren de inferiores prestaciones, el tiempo de desplazamiento no baja de las tres horas y cuarenta y cinco minutos. Además, dos de los AVE entre Granada y Madrid que oferta Renfe tienen un precio similar a los convoyes convencionales que hay entre Jaén y la capital del país. Una muestra más de las deficientes infraestructuras jiennenses, como lo fueron los baches que destrozaban los muelles de la autovía A-44, durante años, en su trazado jiennense, mientras que en Granada estaba en perfecto estado la vía o, de nuevo volviendo a las conexiones ferroviarias, la desaparición del talgo que hacía parada en Linares-Baeza, en su recorrido entre la estación granadina y la madrileña.
Solo hay que mirar el mapa de por dónde discurren las vías del AVE (ver cuadro adjunto) para ver que Jaén se deja de lado y la capital y el resto de provincia llegará un momento en que ni siquiera tenga el triste consuelo de que está dentro de la “Andalucía oriental olvidada”. La alta velocidad, aunque sea tras 20 años, ya está en Granada, en Málaga lleva desde hace 12 y Fomento promete que Almería, la otra provincia del este andaluz, tendrá su AVE para 2023. Precisamente, está línea, según las previsiones de la Administración General del Estado, unirá a los almerienses con Madrid a través de Granada y con Murcia con el Levante, de nuevo, Jaén, se quedará en medio, en un desierto ferroviario.
El presidente de la Diputación de Jaén, Francisco Reyes, de hecho, tuvo que recordar ayer que, desde finales de 2018, la institución que preside trabaja en una comisión mixta, junto con Renfe y Adif, para mejorar los servicios ferroviarios desde Jaén capital con el resto de España y también con las provincias andaluzas y aseguró que desde la Diputación, en sus palabras, “pelearemos porque haya más servicios”. Esta labor permitió ampliar enlaces, con combinaciones hacia Málaga.
Sobre la supresión a partir del Talgo Granada-Madrid, con parada en Linares-Baeza, Reyes aseguró a los periodistas que este tren fue eliminado hace casi cuatro años por el Gobierno del PP y que fue el Ejecutivo de Pedro Sánchez el que lo volvió a poner en marcha, según él, “con motivo del número tan importante de años que Granada estaba aislada desde el punto de vista de la conexión ferroviaria”. “Ahora que algunos que lanzan voces cuestionando que este tren se suprima, la pena es que hayan estado cuatro años anteriores en un estado de sumisión, de indolencia ante esa supresión de un tren que funcionaba entre Granada y Madrid”, juzgó. “No entiendo esa actitud de algunos que cuando Mariano Rajoy suprimió este tren no dijeron nada, se callaron y una vez que se pone en marcha por el gobierno de Pedro Sánchez cuestionan que ahora se suprima”, argumentó el presidente de la Diputación.
26 de Junio de 2019
Diario Jaén